Educar en valores a nuestros hijos es sin duda, la garantía de una formación integral que los construya como personas libres, autónomas, maduras, responsables y solidarias.
Los padres de familia tenemos la responsabilidad de transmitir a nuestros hijos, una educación con base en valores morales, virtudes y hábitos de conducta que los enriquezcan como persona y es desde la familia, que podemos dar un buen ejemplo a nuestros hijos, pues gran parte de los valores que manifestamos cuando somos adultos no son más que una serie de hábitos adquiridos durante la infancia a través del ejemplo de nuestros padres.
Los niños no nacen con un conocimiento innato de lo que es correcto y lo que no. Ellos aprenden con nuestro ejemplo. La forma en que actuamos ante nuestros hijos y cómo les hablamos, los consejos que les damos… son el auténtico núcleo de la educación en valores.
Por eso, a la hora de plantearse educar en valores, es importante que los padres hagan una serie de reflexiones que les ayuden a definir sus objetivos y a actuar de forma coherente frente a ellos. Reforzar la aparición de actitudes que implican valores positivos es fundamental para asegurar su completa adquisición.
Dedica tiempo a tus hijos. Nuestros hijos necesitan un tiempo pleno y exclusivo para ellos; habla con ellos, escúchalos, pon todos los medios necesarios para establecer una relación de calidad y amistad con tus hijos.
Corrige con amor. Cuando llegue el momento de corregir a tus hijos, hazte las siguientes preguntas para que nunca lo hagas con señalamiento, enojo o violencia: ¿Cómo lo vas a corregir? ¿Será con ejemplo? ¿Siendo testimonio vivo? Se trata de que se exija a cada hijo, de acuerdo a sus capacidades, las metas u objetivos que hemos establecido en conjunto.
Educa en positivo. Es muy importante felicitar a nuestros hijos y mostrarles lo orgullosos que estamos de ellos cuando actúan correctamente. Ellos necesitan saber que sus padres están satisfechos con su comportamiento.
Razona con ellos, no te impongas. Es importante que tus hijos entiendan y razonen las consecuencias de sus actos, y no hagan las cosas como una orden que tienen que acatar.
Muestrales respeto. Para corregir no se necesita ridiculizar. Esta actitud no aporta nada positivo a la relación con tus hijos, al contrario, puedes afectar su autoestima. Trata siempre de corregir a solas sin que nadie se sienta humillado.
Es bueno que nuestros hijos sepan qué esperamos de ellos para poder exigirles a cada uno en su justa medida. Esto se irá consiguiendo con nuestra constancia y cariño, intentando ir a la par con el colegio en cuanto a lo que queremos transmitir y vivir, pues aunque los protagonistas principales de la educación en valores son los padres, desde los colegios también hay mucho que aportar.
En el Triana, luchamos de modo habitual por cultivar en nuestras alumnas todas las virtudes, procurando vivirlas de manera concreta en detalles de orden, respeto, puntualidad, limpieza, alegría, etc. Buscando ser mejores cada día.
Nuestra misión va enfocada a formar familias y mujeres con virtudes cristianas, que dentro de un clima de libertad responsable, sustentado por la excelencia académica y formativa, sean capaces de afrontar cualquier reto e influir positivamente en la sociedad.
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